Este artículo se publicó originalmente en mi Substack, Molino de tendencias.
No fue nada si no fiel a la forma. Visuales llamativos. Elegantes carretes de productos. Las “manos de Apple”. Presentaciones robóticas con tan poco carisma que es imposible saber si ahora son generadas por IA. Y, por supuesto, nuevas iteraciones de productos que son, bueno, básicamente iguales que el último modelo.
Pero, para ser una keynote que Apple llama “Wonderlust”, careció tanto de asombro como de lujuria.
Puede que incluso sea el peor evento de Apple de la última década.
¿Qué conseguimos? El nuevo iPhone es un gramo entero más ligero. Repito, ¡UN GRAMO ENTERO más ligero! Hay un nuevo botón lateral que sustituye al antiguo botón deslizante. Un nuevo material. Un chip mejorado. Cámaras con algunos megapíxeles extra y otro nivel de zoom. Una nueva gama de colores. Una nueva gama de correas de reloj. Unas cuantas funciones nuevas aquí y allá, funciones que otros teléfonos ya tenían mucho antes. Incluso hubo tiempo para un poco de lavado verde corporativo con un vídeo deleznable sobre el cambio climático. Uno de los mayores cambios fue menos innovador y más impuesto por la ley de la UE; el paso al USB-C, que al menos proporcionó algo de risa: es otra excusa para que Apple nos venda un dongle de 30 dólares. Si compra esto, no hay esperanza para usted.
Es una lista extensa, pero si se da un paso atrás, todo son cosas superficiales, pintadas con números. Ligeramente más pequeño, ligeramente más rápido, ligeramente más fino, ligeramente más potente.
La única miga de innovación es la función de “doble toque” para el Apple Watch, con la que los usuarios pueden dar un doble toque con el pulgar y el primer dedo para interactuar con el reloj. Parece que funciona, y es realmente ingenioso. Sin embargo, me preocupa que las consecuencias imprevistas de este movimiento repetitivo puedan ser que toda una franja de usuarios del reloj desarrollen un tic del tapping.
Y esa es la conclusión, una vez más: Apple, en la actualidad, carece de innovación. O mejor dicho, la industria de los teléfonos inteligentes se ha saturado tanto y los dispositivos están tan logrados que queda poco espacio para la innovación. Cuando era estudiante de Diseño de Producto en…